El paludismo es una enfermedad parasitaria transmitida por mosquitos. Afecta a millones de personas en todo el mundo, y produce una morbilidad y mortalidad significativas. Los síntomas de paludismo sin complicaciones incluyen fiebre, cefalea, dolor muscular y vómitos; y los niños presentan también frecuentemente respiración rápida, tos y convulsiones. El paludismo grave causa inconsciencia y muerte. El paludismo sin complicaciones casi siempre puede curarse con fármacos apropiados, administrados poco después que aparezcan síntomas, pero en los niños pequeños en particular la progresión y la muerte
El paludismo es causado por parásitos del género Plasmodium que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles, los llamados vectores del paludismo. Hay cinco especies de parásitos causantes del paludismo en el ser humano, si bien dos de ellas - Plasmodium falciparum y Plasmodium vivax - son las más peligrosas.
1. P. falciparum es el parásito causante del paludismo más prevalente en el continente africano. Es responsable de la mayoría de las muertes provocadas por el paludismo en todo el mundo.
2. P. vivax es el parásito causante del paludismo dominante en la mayoría de los países fuera del África subsahariana.
P.Ovale
P. Malariae
Entre las posibles complicaciones se incluyen:
Ataque multiórganico.
Ruptura esplenica.
Coma.
Muerte.
Se realiza mediante frotis y gota gruesa sanguínea. Lo ideal es que la sangre se tome unos minutos antes de que se inicie el paroxismo palúdico, ya que en ese momento se va a encontrar esquizontes en gran número que además serán de gran utilidad en el diagnóstico específico.
La prueba de elección para el diagnóstico serológico de la malaria, lo constituye la inmunofluorescencia indirecta introducida alrededor de 1962. La sensibilidad de esta técnica es del 95% y sólo tiene un porcentaje de falsas positivas del 1%. Para mayor sensibilidad y especificidad, deben usarse plasmodios humanos. En la actualidad P. falciparum y P. vivax pueden ser mantenidos en Aotus trivirgatus, un mono sudamericano común. En esta prueba un título de 1:16 o mayor se considera positivo.
También se utiliza la hemaglutinación indirecta, según algunos autores, esta prueba es sensible y relativamente específica para el diagnóstico de malaria humana, y emplea como antígeno, eritrocitos sensibilizados con P. cynomolgi, P. coatnegi y P. knowelesi.
El tratamiento etiológico del paludismo se inició con el descubrimiento de la actividad de la corteza de la quina. Posteriormente la quinina, más Perkin inició la síntesis de los colorantes, curiosamente reintroducidos en la terapia del paludismo por Ehrlich al tratar de colorear parásitos tisulares. El primer medicamento antipalúdico sintetizado y utilizado fue la pamaquina, pero el primero universalmente empleado fue la mepacrina según algunos autores, tan eficaz como la quinina, pero mejor tolerancia.
Junto con ellas fueron desarrollados otros medicamentos como la hidrocloroquina, la amodiaquina, la quinacrina, eficaces contra las formas eritrocíticas pero ineficaces contra las exoeritrocíticas y los gametocitos de P. falciparum.
En general existen fármacos supresivos que son aquellos que actúan sobre las formas eritrocíticas y suprimen el cuadro clínico, los más importantes de este grupo comprenden a la quinina, cloroquinina, hidrocloroquina, la amodiaquina, la quinacrina, cloroguanida, pirimetamina, sulfonamida y sulfonas.
Las formas exoeritrocíticas responden bien al tratamiento con pirimetamina, primaquina y cloroguanida. Asimismo la primaquina es el gametocida más efectivo.
En la prevención de la enfermedad también se pueden utilizar antipalúdicos. Los viajeros pueden tomar fármacos profilácticos que detienen la infección en su fase hemática y previenen así la enfermedad. Para las embarazadas residentes en zonas donde la transmisión es moderada o alta, la OMS recomienda el tratamiento profiláctico intermitente con sulfadoxina-pirimetamina en cada consulta prenatal programada a partir del primer trimestre. Asimismo, se recomienda administrar tres dosis de tratamiento profiláctico intermitente con sulfadoxina-pirimetamina, junto con las vacunaciones sistemáticas, a los lactantes residentes en zonas de África donde la transmisión es elevada.
En 2012, la OMS recomendó la quimioprofilaxis estacional del paludismo como estrategia adicional de prevención de la enfermedad en zonas del Sahel, subregión de África, mediante la administración de tandas terapéuticas mensuales de amodiaquina y sulfadoxina-pirimetamina a todos los menores de 5 años durante la estación de máxima transmisión.
La lucha antivectorial es el medio principal de reducir la transmisión del paludismo. Si la cobertura de las intervenciones de esta índole es suficiente en una zona determinada, se protegerá a toda la comunidad.
La OMS recomienda proteger a todas las personas expuestas a contraer la enfermedad mediante medidas eficaces de lucha antivectorial. Para el control efectivo del vector, recomienda proteger a toda la población que se encuentra en riesgo de infectarse. Hay dos métodos de lucha contra los vectores que son eficaces en circunstancias muy diversas: los mosquiteros tratados con insecticidas y la fumigación de interiores con insecticidas de acción residual.
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